Salimos temprano de Nuremberg hacia esta ciudad situada al norte de Baviera, que recorrimos gran parte del día para ir a dormir a Erfurt.
Bamberg es de los pocos sitios de Alemania que no sufrió daños en los bombardeos de la segunda guerra mundial y es parte del patrimonio de la Unesco desde 2004. En el siglo XI el rey Enrique II quiso fundar aquí una segunda Roma, nombrándola sede episcopal y dándole a la iglesia católica un gran poder. Gran parte de sus iglesias medievales provienen de esta época.
La atraviesa el río Regnitz, al borde del cual se encuentra el barrio de los pescadores al que se ha dado en llamar la Pequeña Venecia. Está ubicada sobre varias colinas y repartida en tres barrios Bergstadt, Inselstadt y Gärtnerstadt, el de la Colina, la Isla y el área rural, respectivamente. En su época de esplendor, el comercio de bienes agrícolas con el norte de Alemania y Hungría fue parte importante de su economía.
QUÉ VER EN BAMBERG
Ayuntamiento antiguo: Es talvez el monumento más fotografiado de la ciudad por su ubicación en una isla del río Regnitz, cerca del barrio de los pescadores. Su historia es bastante simpática ya que los ciudadanos querían tener su propio ayuntamiento, pero los terrenos de la ciudad eran de propiedad de la poderosa iglesia de la época, quien se negaba a darles un sitio. Decidieron entonces crear una isla artificial y sobre ella lograron esta hermosa construcción del siglo XIV. Sus muros exteriores están completamente decorados con frescos que representan escudos e imágenes de nobles, ángeles y escenas de la vida en la ciudad. La parte posterior que da hacia el río, está hecha en entramado de madera.
Tiene dos puentes de los cuales uno da acceso al área del mercado y el otro hacia el barrio del comercio. En este último vemos una escultura en honor a Kunigunda esposa de Enrique II que fue santificada, un conjunto con la escena de la crucifixión y una estatua del Rey.
El otro puente va hacia calles comerciales y una serie de placitas con terrazas y cafés.
Del barrio comercial subimos una pequeña colina para llegar a la Iglesia de Nuestra Señora, llamada también Parroquia Superior, tal vez por su ubicación en lo alto. Su estilo es gótico y sus múltiples imágenes y pinturas honran la figura de la Virgen María.
Una vez almorzamos cerca al ayuntamiento, nos dirigimos a la colina donde está la gran plaza que aloja la Catedral, el Palacio antiguo y el nuevo.
La Catedral de San Pedro y San Gregorio: Con sus 4 altas torres domina el casco antiguo esta iglesia construida en el siglo XIII, sobre las ruinas de la iglesia que inicialmente había levantado el Rey Enrique II y fue arrasada en un incendio. Su interior aloja el sepulcro con los restos del matrimonio imperial y los del único Papa no enterrado en Roma, Clemente II. Es famosa la escultura del Caballero de Bamberg llamado también el Jinete, un trabajo muy sencillo de un hombre portando corona y montado en su caballo, de quien se especula si era un noble o realmente fue un homenaje a Enrique II. Es de destacar la entrada o portal de los príncipes que se encuentra frente a la plaza.
Antigua Residencia o corte de los obispos: Anterior a lo que hoy vemos había aquí una fortaleza que Enrique II convirtió en un palacio para alojar la sede del primer episcopado de Bamberg. Posteriormente en el siglo XV se construyó el edificio de tres pisos que albergó la Cámara del consejo de los obispos del cual lo más sobresaliente es su puerta de entrada y el balcón que sobresale. Al ingresar, nos encontramos con un gran patio rodeado de edificios en entramado de madera y techos con mucha caída, típicos de la época medieval, donde residían los obispos. A continuación, salimos al jardín de las rosas (no nos tocó muy florecido), desde donde se pueden tomar buenas fotos de la parte baja de la ciudad.
La Nueva Residencia de la corte, está ubicada al frente de la antigua y es un monumental palacio del siglo XVII que hoy acoge la Biblioteca nacional.
El barrio de los pescadores: Está conformado en su mayoría por un conjunto de casitas medievales y unos pocos palacios de nobles cercanos al ayuntamiento, que quedan a la orilla del río dándole a la ciudad un aspecto muy pintoresco. Al otro lado están las antiguas grúas con que se descargaban las mercancías de las barcas y el antiguo matadero que en su fachada ostenta la figura de un buey. A lo largo de esta orilla hay bonitas casas de la época, tal vez de burgueses, por su tipo de construcción.