Desde Tesalonica, tomé un tour con la agencia Ammon Express, hacia el sitio arqueológico de Pella, capital del Reino de Macedonia y a continuación a la ciudad de Vergina donde fueron encontradas las tumbas reales. El tour cuesta 50 euros y dura unas 8 horas. Así pues que a las 8 de la mañana estaba lista en la plaza Venizelos donde nos recogieron. Eramos solo 3 turistas, asi que viajamos en una van muy cómodos y con el guía totalmente a nuestro servicio.
Iniciamos el recorrido en PELLA, capital del Reino desde el siglo V a.C., donde nacieron Filipo II rey de Macedonia en el siglo IV a.C. y su hijo Alejandro Magno.
En esa época, la ciudad era un puerto en el Egeo así que el comercio fue una de sus principales actividades; esto y su posición como paso obligado hacia los Balcanes y el mar Negro, la llevaron al esplendor y a convertirse en un centro de artistas, pensadores y pintores. Es así, como entre ellos vivió Aristóteles, a quien Filipo II entregó la educación de Alejandro Magno. A mediados del siglo II a.C. fue tomada por los romanos y su importancia fue decayendo, cuando estos crearon la Provincia de Macedonia y trasladaron la capital a Tesalonica.
Hoy en día se visitan sus ruinas y aún se levantan las columnas del Ágora y el trazado de algunos salones del palacio, residencias y comercios. Resaltan los mosaicos de los pisos, hechos con pequeñas piedras, que representan escenas de animales, figuras geométricas y personajes. En las casas podemos ver los más destacados: El de la Casa del secuestro de Helena, llamada así pues su mosaico describe el rapto de Helena de Troya por Teseo y otro denominado la Caza de ciervos.
Luego de visitar las ruinas, entramos al museo que recoge parte de las piezas encontradas en la excavación (otras están el Museo Nacional de arqueología en Atenas) y narran la vida diaria en la ciudad. Figuras en terracota donde se aprecian las vestimentas, peinados y arreglo de las mujeres de la época, juguetes, joyas, diademas y el mosaico de la Casa de Dionisio, que escenifica al dios con una pantera.
Luego de unas dos horas, continuamos hacia VERGINA, llamada antiguamente Aigai, que fue la primera capital del Reino de Macedonia, y cambió su nombre 2.500 años despues, en los años 20 del siglo pasado, por el de la última gobernadora griega de esa región. Aquí, en 1977, bajo un túmulo de tierra ya cubierto por el pasto y muy cerca a la ciudad, un arqueólogo griego encontró las Tumbas reales de los reyes macedonios, una de las cuales y talvéz la más rica históricamente, es la de Filipo II padre de Alejandro Magno. Las otras contenían los restos de Alejandro IV hijo del Magno, la llamada de Perséfone, y una cuarta que probablemente fuera de un miembro de la familia real. Al lado de aquellas, se encontraron lápidas correspondientes a enterramientos de personas del común.
El museo se encuentra debajo de un gran túmulo cubierto de césped, en el mismo sitio de la excavación. Se ingresa por un corto camino bajando hasta la puerta y entrando a un sótano donde nos recibe la oscuridad. Las únicas luces son aquellas que iluminan discretamente los tesoros, las tumbas originales y piezas encontradas.

Por este sótano llegamos a lo que llaman La gran Tumba, el sitio exacto de la excavación bajo el cual están las 4 tumbas. Es la simulación en tierra del túmulo hallado. En su parte superior estaba el Heroon, una especie de santuario para adorar a los fallecidos notables enterrados allí; de éste solo quedan unas pocas columnas de mármol en el piso.
Bajamos del túmulo y encontramos la tumba de FILIPO II, una cámara de 9.50 por 5.60 cuya fachada se asimila a un templo. Dos columnas laterales franquean la puerta de entrada y en lo alto el friso que representa una escena de caza, en la que probablemente los participantes eran el rey, su hijo Alejandro Magno y su nieto.
En el interior de la tumba estaban todos sus implementos de guerra: Casco, coraza, rodilleras, la espada, puntas de lanza, su escudo y el pectoral en oro al igual que implementos para el baño y la preparación del fallecido.
En un sarcófago se hallaban las urnas funerarias de Filipo y su esposa, pequeñas cajas en oro que contenían sus huesos, envueltas en un paño púrpura que lleva impresos varios soles de 16 puntas, imagen que era el símbolo de los macedonios y que está tallada en la urna. Estaba también la corona de oro del rey, formada por innumerables y pequeñas hojas de roble y la diadema de Meda su esposa, formada por pértalos en oro.
En la tumba de Alejandro IV se halló un gran jarrón de plata donde reposaban sus huesos y la corona en oro, de los reyes macedonios. Había además vasijas en hierro para baños, vajilla de plata para banquetes, armas de guerra y artículos de cuero.

La IV tumba, llamada de Perséfone, tiene un fresco que representa el rapto de la diosa por parte de Hades, dios de los infiernos. En ésta encontraron los restos de un hombre y una mujer con su niña, sin identificación de quiénes fueron. Estaba saqueada.
El museo exhibe además, amuletos, pequeñas figuras de guerreros rearmadas con los restos encontrados, ánforas, vasijas, etc. encontrados en las diferentes tumbas.
A continuación vemos las lápidas de macedonios del pueblo encontradas bajo el túmulo.
Finalmente sobre un muro, está la foto tomada por el arquélogo al abrir la tumba de Filipo II y sus palabras en un reporte de 1984, hablando sobre su hallazgo.

Dice textualmente,» Y entonces, después de abrir el sarcófago vimos algo que nunca habríamos imaginado, un sólido cofre de oro con una impresionante estrella en relieve. Lo levantamos del sarcófago ubicado en el piso y lo abrimos. Nuestros ojos se salían de sus órbitas y entonces tomamos respiración…Todos los signos indicaban que habíamos encontrado una tumba real. Y si la fecha de los objetos era correcta como parecía… ni siquiera me atreví a pensarlo, sentí un temblor correr por mi columna, como un choque eléctrico pasó a través de mi, si era la fecha y eran restos reales… entonces tenía en mis manos los huesos de Filipo II ? Fue asombroso, era demasiado para que mi mente lo asimilara» M. Andronikos, Vergina, 1984. (Texto en inglés y griego en una foto del museo)
Este museo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997.
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