Para el recorrido por este país alquilamos un vehículo con Sixt, siendo consciente de que sus tarifas son más altas que con otro proveedor local. Me motivó el hecho de que en alguna ocasión utilicé uno de ellos en otro país y la experiencia no fue buena, pues te dan un precio y al final te cargan a la tarjeta valores extras y no admiten reclamos.
De Bratislava salimos muy temprano pues hoy haremos alrededor de 300 kilómetros. Las carreteras en este país son excelentes y se conduce de manera civilizada.
Luego de hora y media por hermosos paisajes de montaña, llegamos a Trencin, una pequeña ciudad de aproximadamente 60.000 habitantes que aloja una de las universidades más importantes del país. Está ubicada al norte de Bratislava en las laderas de los montes Tatras y fue parte del imperio húngaro. Algo que debes probar: las deliciosas obleas.
QUÉ VER EN TRENCIN:
CASTILLO: Data de la época medieval, siglo XI, pero una placa hallada en su interior da testimonio de la presencia de los romanos en la zona. Es una gran fortaleza en piedra que según dicen los locales, fue el centro administrativo de la ciudad, sufrió y resistió invasiones mongolas y turcas. Luego pasó a manos de un rico comerciante de la región quien le añadió su gran torre desde se aprecian las mejores vistas y se logran excelentes fotos del casco antiguo de la ciudad. Tiene 80 metros de profundidad y está rodeado de grandes murallas que bajan hasta la ciudad. Hoy es el museo de historia.
Está abierto de martes a domingo de 9 a 17 y la entrada cuesta 3 euros.
CASCO ANTIGUO: Es pequeño, se destaca la sinagoga, una construcción con una cúpula gigantesca que se encuentra en la Plaza Sturovo y el pozo sobre el que encuentra una red con un pez y se asoma un duende botando agua por la boca. Se extiende a lo largo de un paseo peatonal en el que podemos apreciar casas coloridas, cafés y restaurantes.
CICMANY: Continuamos nuestra ruta por una carretera interior muy buena, que se fue estrechando hasta llevarnos a este museo al aire libre compuesto de casas antiguas, confieso que era uno de los lugares que más quería visitar en este país.
Son casas en madera, decoradas a mano con gran cantidad de dibujos que según dicen, representan los bordados que hacían las amas de casa antiguamente. Es un sitio muy solitario, no encontramos ninguna persona a pesar de que hay una pensión y un café. Es una visita de media hora que bien vale la pena hacer. En las guías dice que entrar vale 2 euros, pero no encontramos a quién pagarle.
BANSKA BYSTRICA: Luego de hora y media de viaje, llegamos a nuestro hotel en esta ciudad, la Pensión Villa Maura 3 estrellas, $65 euros la habitación doble con desayuno y parqueadero gratuito. Es una hermosa casa antigua en la que aún viven sus dueños; sus muebles, decoración y vajillas son de destacar. La habitación y el desayuno muy buenos y con excelente ubicación a tres cuadras del casco antiguo.
QUE VER EN BANSKA BYSTRICA:
Casco antiguo: En la gran Plaza del Levantamiento está concentrado lo que hay para ver en esta ciudad de 45.000 habitantes. Su nombre conmemora el levantamiento de los eslovacos contra la amenaza de los Nazis. Está rodeada de lindos y coloridos edificios con decoraciones en yeso, algunos de los cuales son aún residencias de antiguas familias y otros, oficinas del gobierno. Hay en su bajos gran cantidad de cafés y restaurantes. En el centro se encuentra la Fuente de piedra, la Columna Mariana que conmemora la recuperación de la ciudad después de la peste que azotó Europa y un obelisco negro en honor a los soldados rusos caídos en 1945 durante la recuperación de la ciudad. Es una plaza muy bonita, limpia y con lindos jardines.
A un costado de la plaza está lo que queda del antiguo castillo de la ciudad, la Torre del reloj y el Bastión de los carniceros que hoy aloja un restaurante. Se puede subir por 3 euros a la Torre del reloj, para tomar unas buenas fotos de la plaza. Del otro costado e iniciando la plaza, está la iglesia de San Francisco Javier, de estilo barroco y construida por los Jesuitas en el siglo XVIII. Hoy es la sede de la diócesis de la región
Es una ciudad que puedes recorrer en unas dos horas, caminado y descubriendo sus callejones empedrados a los lados de la plaza, visitando la pequeña iglesia de Santa Isabel, la de la Santa Cruz y admirando las casas y edificios con sus bellas pinturas en las paredes.
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Me encanta este blog, describe de forma muy amena cada ciudad, provoca hacer esos viajes!. Proporciona datos prácticos y el contexto histórico en el que redacta, es muy interesante!
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