Continuando nuestro recorrido por Transilvania y las ciudades colonizadas por los sajones a partir del siglo XII, llegamos a Sibiu donde nos alojamos en el hotel Hilton. Excelente ubicación frente al museo Astra de casas antiguas, a tres kilómetros del aeropuerto y del casco antiguo. Tiene parqueadero con un costo de 2 euros por día.
Sibiu fue un centro de comercio importante entre los siglos XIV y XVII y en sus distintas plazas se destacan las casas de los comerciantes y diferentes gremios, muy coloridas, algunas con arquitectura alemana; hoy se encuentran en excelente estado de conservación.
Iniciamos nuestra visita por el Casco antiguo, rodeado de las ruinas de la muralla medieval de la cual solo queda la Torre del ayuntamiento, construida en el siglo XIII y remodelada en varias ocasiones.
Llegamos a la parte alta a través del Puente del mentiroso que une la Ciudad alta con la Ciudad baja. Está ubicado en una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad y armado sobre 6 arcos de hierro forjado, siendo el primer puente hecho en este material en el país. Nunca pudimos saber el origen de su nombre.
En la Gran Plaza sobresale la Torre del Ayuntamiento (Turnuil Sfatului) que fue en sus inicios la puerta de entrada a la ciudad, luego utilizada como granero, prisión y hoy aloja un museo de arte. Puede subirse hasta lo más alto para disfrutar las vistas de la ciudad. La entrada cuesta 3 euros. Está ubicada entre la gran y la Pequeña Plaza.
El Palacio Brukenthal del siglo XVII construido desde sus inicios como museo por el gobernador de la época, aloja distintas colecciones de arte entre las que se encuentran algunos famosos pintores europeos y rumanos, joyas y diferentes objetos en plata, un museo de historia e historia natural, museo de la farmacia y área de esculturas. Abre de martes a domingo de 9 a 17 y la entrada cuesta 5 euros, aunque dependiendo de las salas que se vaya a visitar, puede haber suplementos de 50 centavos a 1 euro.

La Plaza Pequeña está formada por coloridas casas de la época que forman un conjunto circular, en sus techos sobresalen las famosas y pintorescas ventanas de las buhardillas en forma de ojos, que parece que te observan desde lejos. Hoy en día hay allí pequeños hoteles, cafés y restaurantes.
Plaza Huet: Aquí se ubica la Iglesia Evangélica o Catedral Luterana, construida en el siglo XIV sobre los restos de una iglesia católica. En sus paredes hay tallas en yesos con escudos de la ciudad y de las familias representativas de la época, tiene coloridos vitrales, su fuente bautismal, -considerada la joya de la catedral-, está tallada en bronce en forma de cáliz, con inscripciones góticas y figuras de animales, personas y plantas, que -según dicen-, son de origen bizantino.
En la parte baja de la ciudad el monumento más destacado es la Catedral ortodoxa de la Santísima Trinidad construida a principios del siglo XX en estilo neobizantino y que trata de parecerse a Santa Sofía en Estambul. Está hecha de ladrillo amarillo y rojo.

Su interior está profusamente decorado con imágenes del nuevo testamento en fondos azules y una gran cúpula con el Cristo Pantócrator en su interior. El iconostasio es muy amplio, enchapado en madera cubierta de oro, con tres cuerpos hacia arriba.
Museo Astra Situado a tres kilómetros del casco antiguo y para fortuna nuestra, frente al hotel donde nos alojábamos, es una amplia exposición de casas antiguas, molinos, graneros, muelles de pesca, etc., ubicada en un gran parque con un lago en el centro. Desde diferentes sitios de Transilvania fueron trasladados allí en 1963, las diferentes muestras representativas del modo de vida de las distintas etnias de la zona.
Finalizamos aquí nuestro recorrido por Sibiu, una hermosa y bien conservada ciudad, que te puede tomar un día recorrer.
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