GEORGIA

TBILISI

De Armenia viajé a Georgia en carro durante 5 horas hasta llegar a Tbilisi su capital. Me alojé en el hotel KMM, 3 estrellas, 77 euros la noche y muy buen desayuno. Excelente ubicación a dos minutos a pie del centro, la habitación limpia, amplia y con una terraza que te ofrece las mejores vistas al casco antiguo y la montaña donde está la muralla. Allí me esperaba mi guía Mariam, una joven que representa la típica sociedad georgiana, alegre, optimista y muy trabajadora pues además de guía turística, es profesora de español. Nuestro chofer Andria, -simpático como ella- un hombre joven, tan caballeroso y educado que me hacía sentir como en aquellos años en que los hombres te abrían la puerta del carro. El operador fue VisitGeorgia

Los orígenes del país datan del siglo II a.C con el rey Aieti que tenía su reino a orillas del mar negro. Asimismo según la leyenda griega, Jasón y los Argonautas fueron enviados al reino de Colquides o Colchis (actual Georgia), en busca del Vellocino de oro, que llevarían a su rey para que le permitiera casarse con su hija.

Debido a su ubicación estratégica al borde del mar Negro, punto de unión entre Europa y Asia y por ende parte de la Ruta de la Seda, fue invadido por diferentes imperios, entre ellos romanos, árabes y bizantinos; estos últimos se anexaron todo el territorio. Finalmente, en el siglo XII el rey David, llamado el Constructor unificó el reino de Georgia e inició el desarrollo del país, creando academias, reformando el ejército y construyendo iglesias, labor que continuó su biznieta, la llamada Rey Tamara, que le dio impulso al arte y la literatura. Posteriormente los invadieron los mongoles, el imperio Otomano y los persas. En el siglo XVIII, Georgia logró liberarse de Persia apoyada por el Imperio Ruso y aceptó ser protectorado de éste. A principios del siglo XX se independizó pero fue anexada como parte de la Unión Soviética en 1921. Al caer el régimen obtuvo por fin su independencia.

Actualmente tiene dos territorios en disputa, Abjasia y Osetia del sur, quienes bajo el apoyo de Rusia declararon su independencia en el año 2008, con el argumento de que en la era soviética estos dos territorios pertenecían a Georgia pero tenían el estatus de repúblicas autónomas. En el momento solo son reconocidos por tres países además de Rusia

El país está situado en el Monte Cáucaso, al norte de Armenia y tiene frontera con Rusia, Turquía y Azerbaiyan. Su población es de tres millones setecientos mil habitantes y casi el 50% de ellos viven en la capital. Aunque es un país agrícola, la principal industria es el turismo donde han invertido mucho dinero en educación, infraestructura vial, conservación de monumentos, buenos hoteles, etc. y que día a día crece más. Hay mucho turismo rural, montañismo, esquí, deportes de aventura, cultural etc. y tienen guías bien preparados que hablan varios idiomas incluyendo el japonés y mandarín.

Asimismo, según se dice, fue en Georgia donde se hizo el primer vino en la historia, se han encontrado uvas petrificadas, vasos y tinajas que datan de la edad de bronce. Hay un sinnúmero de viñedos que que ofrecen visitas donde se pueden catar algunos de los 500 tipos de vino que producen y exportan a Europa y Rusia.

Su lengua oficial es el georgiano y hablan fluidamente ruso e inglés. Fue el segundo país en acoger el cristianismo como religión en 337 y sus ritos son ortodoxos. El país en la lengua nativa se denomina Kartli Saqartvelo que en griego quiere decir Tierra de agricultores. Aquí conviven sin problema, judíos, cristianos y musulmanes chiitas y sunitas.

El primer día lo dedicamos a conocer Tbilisi (nombre que significa agua caliente, por sus aguas minerales) la capital, ciudad que data del siglo V d.C, aunque se conocen asentamientos de judíos desde el siglo VI a.C. Fue fundada por el rey Vakhtang Gorgasali en el territorio conocido como reino de Iberia. Consulté a mi guía sobre el nombre Tiflis que encontramos en muchos artículos, ellos no lo reconocen y dicen no entender por qué en Europa los denominan así. La cruza el rio Kura o Mtkvari y parte de sus barrios antiguos se encuentran en las colinas a lado y lado del río.

Qué ver en Tbilisi

La ciudad es una mezcla de casas antiguas con típicos balcones georgianos y una zona del siglo XIX, diseñada por el barón Haussman, el mismo que diseñó el Paris de ese siglo. Así pues, podemos recorrer calles estrechas en piedra y encontrarnos luego con un edificio muy moderno o grandes avenidas.

Iglesia Metekhi, Ubicada en un promontorio sobre el río Kura esta iglesia fue construida por el rey Gorgasali en el siglo VI y destruida varias veces por los distintos invasores del país. La que hoy vemos es la última reconstrucción del siglo XII. Su exterior es imponente y la vemos muy grande, ya dentro, su interior realmente es pequeño. Como todas las iglesias ortodoxas, tiene su iconostasio con muchos santos y las paredes pintadas con escenas bíblicas y de santos. Asiste mucha gente a sus ritos que toman 3 horas y para mi sorpresa, la mayoría jóvenes.

Está rodeada por una amplia terraza al final de la cual, mirando al río, está una monumental estatua ecuestre del rey.

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Situados al otro lado de la terraza vemos desde arriba la bonita Plaza de Europa rodeada de casas antiguas con balcones tallados, donde hoy funcionan hoteles y bares; la plaza en sí es una rotonda, parte del eje de las principales vías de la ciudad, donde encontramos una curiosa escultura de hojalata en forma de árbol, en cuyas ramas hay pájaros, relojes cucú, velones, hojas etc. Contiguo a la plaza está el parque, sitio de reunión de los locales en las tardes, asimismo la estación del teleférico que desde allí nos lleva hasta la montaña Mtatsminda.}

Fortaleza de Narikala: Ubicada en la montaña mencionada ya estaba allí cuando Gorgasali fundó la ciudad, pues data del siglo IV. De ella solo quedan las murallas y en su interior fue construida una iglesia. En las noches está iluminada, dándole un aire medieval a la ciudad. Cerca de ella vemos la escultura de la Madre de Kartli Saqartvelo, o Georgia, vestida con el traje típico y sosteniendo una copa de vino en una mano y la espada en la otra.

De allí bajamos a pie a visitar Abanotubani o sitio de los baños de aguas azufradas, que existen desde el siglo XVII, allí te puedes dar un baño relajante y hacerte un buen masaje. No son costosos, están entre los 20 y 50 dólares.

Continuamos nuestro recorrido por la calle Sharden, donde se ubican los mejores restaurantes y bares de la ciudad, almorzamos: Pkhaleuli, ensalada de berenjena, remolacha y espinacas con nuez, Nadughi pitnit, nata con menta envuelta en piel de queso, Khachapuri, una especie de pizza georgiana, consistente en una pasta rellena de queso y por último champiñones con sal hechos olla de barro. Un almuerzo delicioso del cual no puedo dar precios, pues estaba incluido en mi viaje.

Seguimos hasta toparnos con la Gran Sinagoga, edificio del siglo XIX, cuya fachada es sencilla pero su interior ricamente decorado. El vigilante, muy amable nos permitió subir al segundo piso, que no está autorizado.

A continuación, pasamos un parque donde llama la atención la escultura de un rostro femenino, rodeada de otras pequeñas. Se trata de Sofiko Chiaureli, la actriz de teatro más importante del país, las esculturitas alrededor son de ella misma, en los papeles más destacados que representó. Allí conocimos un puesto de venta de helados y café cuyo local es nada menos que un vagón del primer tranvía de la ciudad.

Vale la pena anotar, que esta es la ciudad de las esculturas, por donde volteas la cara te encuentras una, graciosas, de personajes representativos, músicos, poetas etc.

Entramos a la calle Shavteli a eso del mediodía, con el fin de ver el carillón de la Torre de Gabriadze, personaje de la ciudad dedicado al arte, teatro, dirección de cine, etc. Al lado de su teatro de marionetas ha construido una simpática torre irregular, coronada por un reloj sobre el cual en un pequeño balcón aparece diariamente a las 12 m una figurita tocando las doce campanadas; a continuación, bajo el reloj desfilan figuras de su teatro. Como en todo carillón que se respete, hay gran cantidad de turistas a la espera del espectáculo.

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Siguiendo nuestro recorrido pasamos por una edificación baja que aloja la sede del Patriarcado de Georgia o sede de la Iglesia Ortodoxa Georgiana y de la que solo podemos ver su hermosa puerta tallada en bronce.

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Finalmente, alcanzamos la iglesia más antigua de Georgia, Anchiskhatis que data del siglo VI y que resguarda una copia de un icono milagroso traído de la ciudad de Ancha en Turquía. Hoy en día el icono original puede verse en el Museo de Georgia. Infortunadamente no pudimos visitarla pues estaba cerrada.

En la misma calle nos topamos con la Mezquita, donde rezan juntos chiítas y sunitas, algo que muestra el alto nivel de tolerancia que se tiene en este país. Es pequeña y muy bonita, con decoraciones en yeso y colores azules. No tuvimos ningún inconveniente para entrar ni nos exigieron velo, solo quitarnos los zapatos.

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Vemos ahora el Puente de la Paz, una pasarela peatonal en metal y vidrio y con un techo cóncavo que comunica los dos lados de la ciudad. Al final, en la margen izquierda encontramos otra estructura también en vidrio y metal, en forma de dos tubos unidos, que estaba destinada a ser una sala de conciertos pero que al día hoy se encuentra abandonada en vista de sus problemas de acústica. Estos son los toques modernos dentro del centro antiguo.

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Catedral de Sioni, Nombrada en honor al Monte Sión en Jerusalén, es un sitio de peregrinación pues aloja la Cruz de Santa Nino, una predicadora venida de Capadocia en Turquía, quien en el año 337 entregó al Rey Mirian una cruz hecha con el tronco de una vid y logró que él y todo su reino de Iberia se convirtieran al cristianismo. Su interior está profusamente decorado con iconos pintado por artistas de Georgia. Lamentablemente solo pude verla por fuera.

Plaza de la Libertad: Ubicada en un área más moderna de la ciudad, esta plaza sufrió varias modificaciones en las épocas del Imperio Ruso, en la era soviética fue Plaza de Lenin, la que hoy vemos fue inaugurada en 2006. En el centro ostenta una columna con la estatua de San Jorge, patrono de la ciudad. El edificio más bonito alrededor de ella, es el Ayuntamiento de la ciudad. Hay también varios hoteles y oficinas.

Desde esta plaza, parte una de las avenidas más importantes de Tbilisi, diseñada por el Barón Haussman en el siglo XIX: La Avenida Rustaveli, nombrada en honor del poeta más importante del país, quien viviera en el siglo XII. En ella encontramos entre otros edificios, la Opera en estilo morisco, el Palacio de Bellas artes, el Teatro Rustaveli, el Palacio de los virreyes del zar de Rusia, el Palacio de la juventud y el Museo de Historia.

La otra gran avenida es la Agmashenebeli que a lado y lado exhibe una serie de lindas casas de dos pisos con balcones típicos, que fuera el barrio de los alemanes emigrantes a Georgia en el siglo XIX. En los bajos hay restaurantes, cafés y almacenes de marca.

Catedral de la Santísima Trinidad (Sameba): Ubicada en lo alto de una colina, en la margen izquierda del río, es una construcción monumental y considerada la más grande en Europa del Este. Gracias a su localización, se divisa desde cualquier punto de la ciudad. Tiene la peculiaridad de estar abierta las 24 horas y su iluminación nocturna la hace espectacular. El interior es amplio e imponente y exhibe en grandes urnas de vidrio, reliquias y escritos antiguos. Construida en el año 2004, reemplazó la iglesia de Sioni, como principal templo de Tbilisi.

Museo Nacional: Se destaca en él una inmensa colección de joyas en oro-algunas con incrustaciones de piedras preciosas- datadas entre el 3 mileno a.C hasta el siglo IV d.C. Tiene igualmente una sala que exhibe figuras y vasijas de la edad de piedra, el tesoro numismático que relata la historia de la moneda desde el siglo VI hasta el 19, muestra de instrumentos musicales y vestuario típico georgiano, colecciones de arqueología y antropología con piezas de hasta 8 mil años antigüedad halladas a lo largo del territorio. Es una visita obligada si estás en la ciudad.

Como dije en algún momento, esta es la ciudad de las esculturas, aquí les dejo algunas.

Igualmente les comparto unas de las casas con balones más bonitas de Tbilisi.

Finaliza aquí mi visita a Tbilisi, ciudad multicultural, paraíso de la tolerancia y convivencia pacífica entre un grupo tan heterogéneo de culturas y creencias, de gente alegre, positiva y emprendedora, donde se respira seguridad y a la que bien vale la pena dedicarle dos días y recorrerla a pie pues todo queda muy cerca. Yo lo hice en día y medio, pero pienso que me faltaron esas 4 o 6 horas.

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2 comentarios en “TBILISI”

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