GDANSK (DANZIG)

Encontramos a Gdansk al norte de Polonia y al borde del rio Motlawa, justo en su desembocadura en el mar Báltico. Ha sido llamada la Ciudad de la Libertad, por dos hitos que ocurrieron allí y marcaron la historia de Europa: el inicio de la segunda guerra mundial y la fundación del sindicato Solidaridad que fue parte de los sucesos que desencadenaron la caída de la Unión Soviética.

Viajamos desde Cracovia en Eurolot, aerolínea subsidiaria de Lot, la empresa nacional. Nos hospedamos en el hotel Kobza Haus https://www.kobza.pl/en/ , con excelente ubicación en el centro y vistas al rio Motlawa. Pequeño, muy cómodas instalaciones y excelente desayuno, todo por 85 euros la habitación doble.

Gdansk o Danzig como la llaman los alemanes, fue una ciudad comercial con un puerto muy activo, miembro de la Liga Hanseatica, que agrupaba países y ciudades comerciales del norte de Europa. Su comercio incluía el ámbar que hasta el día de hoy se sigue negociando y la construcción de barcos en sus famosos astilleros.

Perteneció a Prusia, fue ciudad independiente, durante la segunda guerra mundial se la anexó Alemania, para finalmente pasar a Polonia luego de la guerra y formar parte de Unión Soviética. Esto último originó la expulsión de todos los alemanes, que constituían el 70% de la población en ese momento. Hoy en día cuenta con una población aproximada de 500.000 habitantes. Aquí nació Günter Grass, premio Nobel de literatura y Lech Walesa quien fundó y dirigió el sindicato Solidaridad, que le mereció el premio Nobel de la Paz.

Es una ciudad majestuosa, cuyo casco antiguo fue semidestruido en la guerra pero que sus ciudadanos reconstruyeron fielmente. En su arquitectura predomina el estilo holandés debido al sinnúmero de comerciantes que se asentaron allí en la época medieval.

Desde nuestro hotel situado al borde del rio, entramos a la Calle Larga por la Puerta Verde, un edificio del siglo XIX hecho para alojamiento de los reyes pero que nunca fue usado por ellos. En su momento fue la sede del Sindicato Solidaridad, así que allí se gestaron las manifestaciones y protestas que terminaron en la liberación de Polonia por parte de la Unión Soviética. Hoy es un sitio dedicado a celebraciones y recepciones.

La Calle Larga o Vía real, es el eje del centro histórico. Es peatonal y se recorre admirando las casas de los antiguos comerciantes, muchas similares a las que vemos en Amsterdam. Además de su colorido, algunas están decoradas con pinturas alusivas al tipo de comercio que desarrollaba el dueño.

Las más destacadas son la Casa Artus, que desde el siglo XIV alojó los gremios de comerciantes, burgueses y artesanos. Su nombre hace referencia a los caballeros del rey Arturo, pues aquellos imitaban en sus recepciones y reuniones, las costumbres de la nobleza y la Golden house del mismo siglo, con su fachada decorada con esculturas.

Frente a la casa Artus está la Fuente de Neptuno, símbolo de la ciudad desde el siglo XVII y que se salvó de los bombardeos de la guerra, pues fue desmontada y escondida fuera de la ciudad. En los años 50 del siglo pasado se instaló nuevamente.

Pasamos por la antigua Armería o arsenal, donde hoy funciona la Academia de Bellas artes, cuya entrada es gratuita.

Más adelante, donde se unen la Calle Larga y el Mercado Largo, nos topamos con el Antiguo Ayuntamiento principal de la ciudad, una monumental construcción del siglo XV dotada con una torre muy alta y trabajada, que se divisa desde cualquier sitio, alojó la alcaldía, el concejo municipal y las cortes, hasta 1921. Hoy funciona allí una parte del Museo histórico de la ciudad y se pueden visitar los salones del concejo y la sala del tribunal. La entrada es gratuita los lunes entre las 10 y las 13:00. El resto de semana el ingreso tiene costo.

Finalizando el Mercado largo nos topamos con un conjunto formado por la Torre de la prisión, la Prisión y la Cámara de tortura, edificios medievales que hoy forman parte del Museo histórico, donde se puede visitar el Museo del ámbar, que exhibe objetos tallados y la historia de esta resina. El ingreso a esta área es gratis los lunes de 10 a 13:00. La visita a la prisión y sala de torturas es de pago.

Por último, nos topamos con la Puerta de oro, un gran arco con relieves dorados que le dan su nombre; era el sitio por el que ingresaba la caravana real a la ciudad.

Pasamos luego a la Calle Mariacka, ingresando por la puerta de su mismo nombre, donde están ubicados los artesanos del ámbar y las joyerías. Las casas se caracterizan por sus pórticos que exhiben figuras de animales en cemento, adornando la entrada.

Esta calle finaliza en la Basílica de Maria, la más grande de Europa hecha en ladrillo. Exhibe entre otras obras, un reloj astronómico del siglo XV. La única forma de apreciar todo su exterior es desde la terraza del Ayuntamiento.

Regresamos a la Puerta Verde para caminar a lo largo del puerto y conocer la Grúa medieval, símbolo de la ciudad junto con la fuente de Neptuno. Está ubicada en los antiguos astilleros y con ella se descargaba toda la mercancía que llegaba a la ciudad. Aquí se halla el Museo Marítimo en cuyo edificio se ubica la Puerta Mariacka.

Pasando el rio está la Isla de los Graneros donde se almacenaba la carga recibida. En este complejo de antiguos graneros funciona hoy la Filarmónica polaca del Báltico, comercios y un hotel.

A unos 10 kilómetros del casco antiguo se encuentra el barrio Oliwa donde podemos visitar su Catedral una de las más largas que haya conocido, es el sitio donde en verano, se presentan los conciertos clásicos más importantes de Gdansk (los hay cada hora), debido a que cuenta con un órgano rococó de más de 7.000 tubos. Su interior cuenta con varios altares en estilos arquitectónicos renacentista y rococo, sin embargo, no es tan lujosa como las típicas iglesias polacas. Cerca de la Catedral está el parque que lleva el nombre del barrio, donde además de jardines en distinto estilos, se encuentra el Museo etnográfico.

Tomamos el barco pirata en el muelle, para visitar Westerplatte, una isla cerca de Gdansk, donde inició la segunda guerra mundial cuando Alemania bombardeó los cuarteles polacos asentados aquí. La resistencia duró 8 días, al final de los cuales se rindieron por falta de munición.

El paseo en el barco toma hora y media; durante el recorrido vemos la Fortaleza Wisloujscie construida a mediados del siglo XIV para defender la ciudad de la invasión de los caballeros teutónicos. Hoy está abierta al público (no la visitamos), como parte del museo de historia de la ciudad. Ya llegando a la isla está el Faro del puerto nuevo, que funcionó hasta 1984 y hoy está abierto al público.

Westerplatte es un gran campo donde están las instalaciones de los antiguos cuarteles bombardeados, el cementerio de los caídos y la esplanada con una colina donde se eleva un monumento en homenaje a los defensores polacos muertos en el ataque.

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Muy cerca de Gdansk se encuentran las ciudades de Gdynia y Sopot, por lo que el conjunto se ha denominado Triciudad, nosotros solo visitamos Sopot, un balneario en la costa del mar Báltico, sitio de reunión y diversión de la gente joven de los tres sitios. Es una playa bastante bonita donde se practica la navegación a vela.

Muy cerca de Gdansk se encuentra el Castillo de Malbork, una fortaleza construida por los Caballeros Teutónicos que según he leído, vale la pena visitar aunque yo no alcancé a hacerlo.

Finalmente recomiendo al atardecer caminar por el puerto de Gdansk, sentarte en una de las terrazas y mirar el movimiento del rio, los barcos que pasan y la caída del sol, pasarás un rato muy agradable.

El ingreso a monumentos o museos al igual que a los conciertos de la Catedral de Oliwa es gratuito algunos días, pero si debes pagar la entrada, el precio será muy bajo, está entre 1 y 5 euros. Un plato en un buen restaurante te costará en promedio, 10 euros.

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